¿Serían capaces de vivir en una casa transparente? ¿En un cubo de cristal donde ves pero también te ven?
Hay veces que ponemos una peli y decimos: «¡menudo casoplón!» e, irremediablemente, nos trasladamos mentalmente a vivir ahí, con todo su glamour, los zapatos de su vestidor e incluso su pareja y sus amistades. – En sueños no limpiamos esos ventanales, obvio-.
Luego, se acaba la peli y, a no ser que tengamos cosas mejores que hacer como cepillarnos 50 veces cada mechón de nuestro pelo o deshacer los dobladillos de un camisón, lo pensamos en frío y no nos vemos trasladando esa casa de revista a nuestro barrio. No se equivoquen, no es la humildad la que escribe, palabra, es que, ¿cómo vamos a dejar que la vecina del 5º vea que vemos ‘Cine de Barrio’ los sábados por la tarde o que los domingos los pasamos de resaca y en horizontal? Yo prefiero seguir siendo la «qué mona va esta chica siempre» a la «no me la imaginaba tan cochina», sinceramente.
Y todo es, señores míos, porque nos creemos que estas vistas son de película, inexistentes, fantásticas. Y sí, son de película… pero española.
Como ven, hoy cogemos un vuelo a Baleares y nos adentramos (aunque desde fuera tampoco nos perderíamos nada) a esta casa de cristal. Nuestros mares – me voy a poner poética para esta maravilla- bañan esta obra translúcida que, aunque esté edificada en Mallorca, está firmada por el estudio de arquitectura belga AABE.
Simplicidad y minimalismo en estado puro. Luz y muebles de Dekodirect. Bueno, nosotros sólo tenemos los mismos muebles, la luz es made in Spain, que no quiero llevar a engaños.
Entonces, sabiendo que esta casa de película la tenemos a salto de mata, ¿por qué no echamos la Primitiva, soñamos que es nuestra y, mientras, nos vamos pidiendo los muebles en Dekodirect?